La molécula GW-501516, más fácilmente reconocida bajo el nombre de cardarine, no es un esteroide anabólico, si no un fármaco perteneciente a la familia de los SARMs. Cardarine se enlaza al receptor PPA (siglas para peroxisome proliferator-activated, en inglés), y al lograr este enlace recluta el coactivador PGC-1α, que aumentará la expresión de genes implicados en el gasto de energía.
Lo anteriormente descrito se traducirá en un increíble beneficio al desempeño cardiovascular de la persona, podrán soportarse sesiones de entrenamiento más extensas, sentirse energizado por más tiempo y poder realizar más trabajo del que se hacía anteriormente.
La pérdida de grasa está entre los aspectos más buscados por las personas que buscan suplementarse con cardarine. Los cortes de los músculos y venas se vuelven más pronunciados, sin los efectos catabólicos que otros quemadores de grasa pudieran ocasionar. La pérdida de grasa que cardarine otorga es resultado de un aumento en la utilización de glucosa, que será transformada en glucógeno para ser usado como energía posteriormente por el músculo esquelético.